Antes de proseguir, una aclaración: que te gusten o no los niños, que su existencia te parezca adecuada o no, tiene un total de cero unidades de relevancia. Respiran, viven, no tienen por qué gustarte, no te deben nada. Aunque a veces se nos olvide, bajo la etiqueta de ‘los niños’ hay humanos con los mismos derechos que tú, simpático contribuyente. La vida es tan suya como tuya.