«Si pudiera prestarte todo lo que he adquirido, tendrías armas para enfrentarte a todos tus fantasmas y a los que te esperan agazapados, con el disfraz de amigos. Si pudiera ser una esponja gigante, absorbería todas tus lágrimas y penas y enfados; podrías empezar de nuevo, sin rencores, sin resquemor, sin desconfianza».
La soledad daña nuestra salud
Durante dos años, la ciudad de Nueva York, donde un millón de personas viven solas, fue un experimento sobre la soledad: nueve millones de personas aisladas con celulares y servicios de entrega a domicilio las 24 horas, apartadas de los lugares donde solían reunirse.