El aumento de la esperanza de vida, el descenso de la fecundidad y el crecimiento de las personas centenarias configuran un mundo envejecido que deberá revisar todas las infraestructuras sociales para poder sostener la economía y asistir a las personas dependientes.
Europa perderá 57 millones de personas en edad de trabajar hasta final de siglo
La demografía se impone. Las últimas proyecciones sobre Europa prevén una fuerte caída del número de personas en edad de trabajar. Solo la inmigración podrá compensar el descenso de la fuerza laboral.