Tres de cada cinco jugadores que acaban pidiendo dinero prestado, ya sea a parientes y conocidos o a casas de préstamos, y ya sea para financiar su adicción o para tapar los rotos que con ella causan en la economía familiar, no pueden devolverlo como consecuencia de su propensión a las apuestas, según explica Jesús Cortés, investigador especializado en juegos de azar.
Phubbing en la familia: cuando padres e hijos se ignoran entre sí por las pantallas
"Cuando te responden, lo hacen con monosílabos, o porque están distraídos con el móvil o bien porque se lo hemos quitado de las manos y están enfadados".