«La última vez que jugué fue hace 30 años. Me quedaba una moneda en el bolsillo. No entiendo por qué, porque nunca tenía dinero, todo me lo gastaba. Salí al balcón de mi casa y lancé la moneda al aire. Si sale cara, pido ayuda. Si sale cruz, me mato… Estaba harto. Y me habría tirado tan a gusto».
Cómo afrontar los suspensos de nuestros hijos
En los próximos días llegarán nuestros hijos con los boletines de notas y con ellos, en algunas casas, se prevé tormentas, lluvia de calabazas, ingesta de tilas y todo esto acompañado de un desbordamiento de emociones.