«La última vez que jugué fue hace 30 años. Me quedaba una moneda en el bolsillo. No entiendo por qué, porque nunca tenía dinero, todo me lo gastaba. Salí al balcón de mi casa y lancé la moneda al aire. Si sale cara, pido ayuda. Si sale cruz, me mato… Estaba harto. Y me habría tirado tan a gusto».
Los políticos temen pedir a los votantes que tengan más hijos
No son pocas las voces que alertan sobre la “peligrosa” evolución de la demografía en nuestro país. Existe un dramático déficit de nacimientos, mientras la población está cada vez más envejecida. Y las perspectivas no son nada halagüeñas.