«La última vez que jugué fue hace 30 años. Me quedaba una moneda en el bolsillo. No entiendo por qué, porque nunca tenía dinero, todo me lo gastaba. Salí al balcón de mi casa y lancé la moneda al aire. Si sale cara, pido ayuda. Si sale cruz, me mato… Estaba harto. Y me habría tirado tan a gusto».
La bofetada, nada pedagógica
El pasado 16 de junio una menor de 16 años y su padre entablaron una disputa, en su vivienda de Zaragoza, que terminó con una bofetada del progenitor a su hija. El caso llegó a los tribunales y la titular del Juzgado probó que los hechos habían ocurrido de esa manera....