Sostiene que España debe apostar por la prevención y la orientación en este ámbito como han hecho los países nórdicos. Allí, dice, disponen de multitud de programas a pesar de que «el problema allí no es tan grave».
Hijos maltratadores
Caminamos rápidamente hacia una sociedad desequilibrada en la que un hijo puede pegarle a un padre o destrozar la casa familiar, y el padre no puede darle una bofetada para que se serene porque si el hijo lo denuncia irá a la cárcel de tres meses a un año.