Hacer pellas para quedarse en casa jugando a videojuegos solía un (justo) motivo de castigo para muchos jóvenes que crecieron en la década de los 90 y los 2000. El hecho de que fuera el padre del chaval quien invierta cinco millones de pesetas en un ordenador y periféricos y anime a su hijo a quedarse en casa jugando al ordenador 10 horas al día se consideraría un absoluto delirio. Un mundo al revés que levantaría la libre en los servicios sociales.
El paro juvenil registra su peor cifra desde el inicio de la pandemia
El último mes de 2020 cerró con 362.997 parados jóvenes, lo que supuso un descenso del 0,74% con respecto al mes anterior. Un dato que se explica por la contratación temporal de la inusual campaña navideña y de rebajas.