Tan antiguo como amar es querer también contarlo. Y tan español es decir como temer el qué dirán. Sobre estas dos realidades oscila hoy un suceso, una muerte, en la que convergen muchas otras certezas y otras tantas incertidumbres: el velocísimo desarrollo tecnológico en ningún caso comparable al ritmo de asunción digital que demostramos los seres humanos, el exhibicionismo rampante desde que nos invadieron -invadimos- las redes sociales, las ya hace tiempo tecnosexualizadas relaciones sentimentales -apps para ligar, para consentir o romper, sexting, cibersexo- y una serie de consecuencias -linchamientos, pornovenganzas, ghosting, orbiting– para las que, según los expertos, no estamos en absoluto preparados.
La nueva terapia genética que puede reducir el colesterol permanentemente
Según la OMS, la mayor causa de muerte en el mundo es la cardiopatía isquémica, una enfermedad provocada por la acumulación de colesterol en las arterias que van al corazón y que impide que le lleguen tanto la sangre como el oxígeno necesario a sus músculos. Algunas...