Tan antiguo como amar es querer también contarlo. Y tan español es decir como temer el qué dirán. Sobre estas dos realidades oscila hoy un suceso, una muerte, en la que convergen muchas otras certezas y otras tantas incertidumbres: el velocísimo desarrollo tecnológico en ningún caso comparable al ritmo de asunción digital que demostramos los seres humanos, el exhibicionismo rampante desde que nos invadieron -invadimos- las redes sociales, las ya hace tiempo tecnosexualizadas relaciones sentimentales -apps para ligar, para consentir o romper, sexting, cibersexo- y una serie de consecuencias -linchamientos, pornovenganzas, ghosting, orbiting– para las que, según los expertos, no estamos en absoluto preparados.
Esa taza de café podría ayudarte a envejecer mejor
En el estudio, los investigadores siguieron a más de 47.000 enfermeras durante varias décadas a partir de 1970. Cada pocos años, las mujeres respondieron a preguntas detalladas sobre su dieta, incluida la cantidad de café, té y refrescos de cola (como Coca-Cola o...