Se llamaba Amanda y llevaba muerta cinco años, tendida en el suelo de la cocina de su casa, en Madrid. Ningún vecino se había percatado de que esta mujer de 83 años había sufrido un ictus mortal. La policía halló su cadáver, momificado, tras un aviso de su sobrina, que vive en Israel. Ocurrió hace un mes. Es el ejemplo más extremo del aislamiento y cada cierto tiempo se difunde un nuevo caso.
Pagar para sentarse: así son las ciudades europeas sin bancos
Al deshumanizar los espacios y estandarizar los modelos se acaba perdiendo la estética propia. Un efecto adverso de la globalización y el modernismo que hace que estos bancos de diferentes ciudades sean reconocibles sólo por la descripción de la foto. “Hay una...