Hemos cumplido cinco años como padres. Cinco. Sí, sé que son pocos, pero nosotros ya hemos entrado en esa fase en la que todo lo vivido hasta el momento se dulcifica –y se idealiza– estrepitosamente.
A mi hija
"Si pudiera prestarte todo lo que he adquirido, tendrías armas para enfrentarte a todos tus fantasmas y a los que te esperan agazapados, con el disfraz de amigos. Si pudiera ser una esponja gigante, absorbería todas tus lágrimas y penas y enfados; podrías empezar de...