«No me cabe ninguna duda de que Instagram ayudó a matar a mi hija». Catorce meses después del suicidio de Molly Russell, de 14 años, su padre Ian ha decidido romper el silencio y lanzar su dedo acusador contra las redes sociales. Treinta familias, de otros tantos adolescentes que se quitaron la vida, se han sumado a la petición lanzada por Ian Russell desde la páginas de ‘The Sunday Times’, ante las inquietantes estadísticas: el número de suicidios de menores se ha duplicado en ocho años en el Reino Unido.
Las escuelas de élite vuelven al papel y el lápiz por la IA y el abuso de pantallas
Para Willard, la sobredosis de dispositivos y redes sociales entre los jóvenes son un elemento que causa más problemas que ventajas, y cuenta que sus dos hijos, de cinco y ocho años, no usan esas plataformas.