«Las ciudades están pensadas para adultos sanos, con trabajo y con poder adquisitivo». Cualquier experiencia de vida que se salga de ese esquema, sea la de los niños o la de los ancianos sin ese poder de gasto, «se ve opacada, infravalorada y ninguneada».
¿Por qué la demografía no nos preocupa?
Hace veinte años el matrimonio Erlich se preguntó por qué la opinión pública no estaba tan asustada como ellos por los efectos de la explosión demográfica. Sobraba gente en el planeta y quien tuviera más de dos hijos debería ser visto como un irresponsable. La...