«Las ciudades están pensadas para adultos sanos, con trabajo y con poder adquisitivo». Cualquier experiencia de vida que se salga de ese esquema, sea la de los niños o la de los ancianos sin ese poder de gasto, «se ve opacada, infravalorada y ninguneada».
La generación Z no cree en el protector solar. Se equivocan
Un estudio realizado entre 1986 y 1996 reveló que los jóvenes de entre 18 y 24 años (que ahora son de mediana edad) eran más propensos que los adultos a acudir a las cabinas de bronceado y sufrir quemaduras solares.