Bajo el principio de ius soli, o derecho del suelo, nacer en Canadá confiere la ciudadanía de manera automática. A medida que más mujeres embarazadas llegan cada mes para dar a luz, han crecido las quejas de algunos canadienses de que estas personas se aprovechan del sistema, ponen a prueba los límites de la tolerancia y degradan la noción de ciudadanía.
Ignacio Gil (Nachter): «No estaría donde estoy si no es por las madres. ¡Son lo mejor!»
Una madre es madre y cuando cree que su hijo está haciendo algo que no es bueno para él, salen esas frases clásicas de «¿Vas abrigado?», «¿Has comido?», «¿Donde estás?», «Ni fiesta ni fiesto».