En un país como el nuestro donde las jornadas laborales son de 8 horas es difícil conciliar la vida familiar con la laboral. Los progenitores se ven obligados a recurrir a otras actividades extraescolares que mantengan a los niños ocupados mientras finaliza la jornada laboral. Entre medias surge la necesidad de que los niños coman fuera de sus casas y el lugar más indicado es el colegio.
Habrá que dar las clases en los bares
La prisa que se han dado las administraciones públicas para garantizar la reapertura de comercios contrasta con la falta de acuerdo en materia educativa. La reorganización de los centros para garantizar el derecho a la enseñanza durante la pandemia sigue siendo una...