En un país como el nuestro donde las jornadas laborales son de 8 horas es difícil conciliar la vida familiar con la laboral. Los progenitores se ven obligados a recurrir a otras actividades extraescolares que mantengan a los niños ocupados mientras finaliza la jornada laboral. Entre medias surge la necesidad de que los niños coman fuera de sus casas y el lugar más indicado es el colegio.
«El miedo que veo en muchos niños es el reflejo del que sienten sus padres»
Unos temores que «en la inmensa mayoría de esos niños es el reflejo del miedo del padre o de la madre. Son padres que han desarrollado mucho miedo a salir, miedo al contagio, a la enfermedad y que sin darse cuenta lo han proyectado en sus hijos». «Los niños lo...