En un país como el nuestro donde las jornadas laborales son de 8 horas es difícil conciliar la vida familiar con la laboral. Los progenitores se ven obligados a recurrir a otras actividades extraescolares que mantengan a los niños ocupados mientras finaliza la jornada laboral. Entre medias surge la necesidad de que los niños coman fuera de sus casas y el lugar más indicado es el colegio.
La pandemia del suicidio: ‘Yo no quería morir, sólo deseaba dejar de sufrir’
"Parece que todo el mundo tenemos colgado el cartel de que 'somos felices', necesitamos mostrar en las redes lo felices qué somos y lo buenas que han sido mis vacaciones, pero esto es realmente es muy engañoso y no ayuda para nada a una persona que lo está pasando...