En un país como el nuestro donde las jornadas laborales son de 8 horas es difícil conciliar la vida familiar con la laboral. Los progenitores se ven obligados a recurrir a otras actividades extraescolares que mantengan a los niños ocupados mientras finaliza la jornada laboral. Entre medias surge la necesidad de que los niños coman fuera de sus casas y el lugar más indicado es el colegio.
¿Quién paga la silla, el café o el papel higiénico? La eclosión del teletrabajo cambia las normas laborales en todo el mundo
“Hemos calculado literalmente hasta cuántas cucharitas hay en un hogar promedio, así que a partir de ahí no es tan difícil establecer los costes”, asegura Gabrielle Bettonville, de la institución pública holandesa de finanzas familiares NIBUD, que ha investigado los...