Durante años, Pablo se hizo la misma pregunta: ¿cómo puede una persona estar tan enganchada a la tragaperras? Se refería a un hombre que veía todas las mañanas en la cafetería donde iba a desayunar. Siempre estaba jugando. Tiempo después se lo volvió a encontrar, esta vez en una terapia de rehabilitación para ludópatas. Ambos eran adictos al juego, con la diferencia de que los 340.000 euros de deuda de Pablo no venían de gastar dinero físico, sino de apostar online.
Cinco claves para que los padres críen a sus hijas con seguridad, según Harvard
Según ha explicado la experta en la CNBC, en ocasiones los padres tienden sentirse perdidos y desconectados cuando se trata de educar a las menores.