En los hogares donde los gritos son recurrentes, los niños tienden a desarrollar una baja autoestima e índices más altos de depresión. Un estudio de 2014 publicado en The Journal of Child Development comprobó que gritar produce en los niños secuelas similares al castigo físico: altos niveles de ansiedad, estrés, depresión y un aumento de los problemas de conducta.
Tenemos un problema con la dopamina
Los videos con la etiqueta #dopamina, muchos de los cuales afirman enseñar a los espectadores a manipular esta sustancia química del cerebro, tienen más de 700 millones de vistas en TikTok. Un influente ofrece una “lista gratuita de cosas que adormecen la dopamina” a...