En los hogares donde los gritos son recurrentes, los niños tienden a desarrollar una baja autoestima e índices más altos de depresión. Un estudio de 2014 publicado en The Journal of Child Development comprobó que gritar produce en los niños secuelas similares al castigo físico: altos niveles de ansiedad, estrés, depresión y un aumento de los problemas de conducta.
Diario de un Adolescente adicto al porno
"Los estudios", arranca Marc Masip, "dicen que nuestros niños ya no empiezan a consumir porno a los 10 años, sino a los ocho. Las pantallas son una droga y estoy seguro de que en pocos años veremos a los padres que les dan móviles a sus hijos como sus camellos. Pero...