En los hogares donde los gritos son recurrentes, los niños tienden a desarrollar una baja autoestima e índices más altos de depresión. Un estudio de 2014 publicado en The Journal of Child Development comprobó que gritar produce en los niños secuelas similares al castigo físico: altos niveles de ansiedad, estrés, depresión y un aumento de los problemas de conducta.
«La escolarización era superior a mi salario»: un padre de 4 hijos explica cómo está siendo la vuelta al cole
La inflación ha hecho que suba todo. Algo a lo que no es ajeno el mundo del material escolar. Es la vuelta al cole más cara de la historia.