En los hogares donde los gritos son recurrentes, los niños tienden a desarrollar una baja autoestima e índices más altos de depresión. Un estudio de 2014 publicado en The Journal of Child Development comprobó que gritar produce en los niños secuelas similares al castigo físico: altos niveles de ansiedad, estrés, depresión y un aumento de los problemas de conducta.
La principal causa de muerte de niños pequeños en EE. UU. es el ahogamiento
Es probable que este mes aumenten los fallecimientos, como sucede todos los meses de julio cuando los niños se ahogan a unos cuantos metros de sus padres antes de gritar, luchar ni chapotear.