Hace unos meses que los clientes del bar de la esquina han empezado a decirle a Laura lo guapa que está. Ella suda frío. No sabe si la piropean porque ha engordado un par de kilos y se ve mejor o porque la han visto en un vídeo, desnuda, masturbándose. Laura, de 51 años, pide que no se publique su verdadero nombre porque vive en un estado de paranoia y miedo desde que decidió acabar con su novio en febrero.
Un compuesto presente en alimentos puede mejorar la calidad de vida en el envejecimiento
Según la investigación que ha contado con la participación del Instituto de Investigación Sanitaria (INCLIVA), el tratamiento con harmol extendió significativamente la esperanza de vida en dos modelos de invertebrados. Además, mejoró la tolerancia a la glucosa, la...