Volvías del colegio con sed de camello, tirabas la mochila en la habitación, bebías un vaso de agua, le echabas un ojo fugaz a los gusanos de seda y soltabas aquellas cinco palabras. Las decías muy rápidamente, con la mano en el picaporte y la puerta cerrándose ya. Las cinco palabras que eran una sola: «Mebajoalacalle».
Formación de padres
Nunca tan grande ha sido la distancia entre las expectativas que los padres tienen para sus hijos y las medidas que toman para conseguirlas. Se desea para ellos el éxito personal, académico y profesional y, sin embargo, una tercera parte de las familias tiene dejación...