Lasén lleva estudiando el impacto de los móviles en nuestra vida cotidiana desde los primeros Nokia, y al preguntarle si los smartphones están acabando con la paciencia, ve en la discusión que estaba teniendo con su hijo el mejor ejemplo: “Se enfadó porque porque me dejé el móvil en casa y llevaba dos horas queriendo localizarme… ¡Y cree que le debo una disculpa!”, explica la experta.
Fumar un solo porro puede cambiar el cerebro del adolescente
Los cerebros de los menores que consumieron una o dos veces en su vida marihuana tenían más materia gris en la amígdala y en el hipocampo, comparados con los que nunca la habían probado en su vida.