Desde 2009, la prevalencia del sexting, práctica de riesgo que consiste en compartir electrónicamente material sexualmente explícito, se ha incrementado exponencialmente. Según un meta-análisis publicado a finales de febrero en la revista JAMA Pediatrics, un número considerable de jóvenes menores de 18 años participan o han participado en prácticas de sexting en algún momento; en concreto 1 de cada 7 (15%) enviando material sensible y 1 de cada 4 (27%), recibiéndolo.
¿Hacia una ola de la desdigitalización?
La irrupción de la tecnología en nuestro día a día es innegable e imparable. Si bien el adulto es más o menos libre de poner límites al uso que hace de la tecnología, ¿qué está pasando con nuestros niños y adolescentes?