Apunta la cámara y dispara. Analiza el resultado, le pone un filtro para cubrir las imperfecciones de su rostro y la sube a las redes sociales. Nerviosa, la aspirante a influencer espera a ver qué repercusiones tiene esta nueva apuesta fotográfica y empieza a contar los “me gusta” y los comentarios anhelando que el pequeño numerito llegue a las tres cifras, o tal vez más.
Los padres podrán cuidar a sus hijos en la UCI las 24 horas
Decimos a menudo que el roce hace el cariño, y no es un dicho popular sin más, la literatura científica también lo corrobora desde hace varios años. No obstante, parece que los responsables sanitarios –salvo en algunos centros concertados– hacían oídos sordos al grito...