Apunta la cámara y dispara. Analiza el resultado, le pone un filtro para cubrir las imperfecciones de su rostro y la sube a las redes sociales. Nerviosa, la aspirante a influencer espera a ver qué repercusiones tiene esta nueva apuesta fotográfica y empieza a contar los “me gusta” y los comentarios anhelando que el pequeño numerito llegue a las tres cifras, o tal vez más.
La demografía, excusa o realidad para la supresión de clases
Los datos los ofrece el sindicato UGT: el balance de unidades en la concertada arroja un resultado positivo de nueve en los centros de educación especial, segundo ciclo de Infantil y Primaria, si se relaciona el curso pasado y el actual. Frente a la misma realidad...