Una de las cosas que más me llamaron la atención del Pueblito Lindo la primera vez que aparecí por allí, fue observar que por las tardes no se ponía la televisión. Abuelas, tías y sobrinos se reunían alrededor de la mesa camilla (sí, esa tan famosa que cubre piernas, braseros y siestas) para jugar. ¡Jugar!
El sobreprecio de vivir en un piso con piscina, alquileres hasta un 25% más caros
¿Merece la pena este sobreprecio por un servicio extra que apenas se utiliza unos meses al año?