Para los que crecimos tarareando la melodía de Super Mario y soñábamos con rescatar a la princesa de Dragon’s Lair en los recreativos del barrio, compartir nuestra vieja afición con nuestros legítimos herederos es una suerte de conquista social. Y un placer inmenso.
Mi niño no suspende porque toma anfetas
"Recuerdo incluso algún profesor que recomendó que uno de los chicos de siete años del colegio se medicara para mantener la atención. Como media España está enganchada a las pastillas, se ha perdido el miedo que supone darle un blíster al menor, así conoce bien lo que...