España muestra debilidades especialmente acuciantes respecto al empleo y la remuneración: por ejemplo, tanto la inseguridad en el mercado laboral como la tasa de desempleo de larga duración están entre las más altas de la OCDE. Sin embargo, el equilibrio entre la vida personal y laboral es un punto fuerte: solo alrededor del 5% de los empleados trabajó jornadas prolongadas con regularidad, una cifra que representa menos de la mitad del promedio de la OCDE, y los empleados a tiempo completo declaran tener uno de los mayores niveles de tiempo libre (i.e. tiempo dedicado al ocio y al cuidado personal) de la OCDE.