Cuando la persona no realiza una buena gestión de este proceso adaptativo, el cambio se experimenta de forma más intensa. Apareciendo así, síntomas de ansiedad, estrés, tristeza, apatía, falta de motivación, malestar, disminución del rendimiento, irritabilidad, insomnio, problemas de concentración, molestias gastrointestinales, tensión muscular, cansancio, dolor de cabeza, etc.
España se queda sin médicos de familia este verano (y esto es solo la punta del iceberg)
En estas fechas es más palpable que nunca la tensionada situación en la atención primaria. Una coyuntura derivada del abandono institucional y el desprestigio hacia la especialidad que provoca que muchos doctores decidan evitarla.