«Mamá, la abuelita quiere ser mi amiga en Facebook», grita Mauro, un chaval de 15 años, sin levantar la cabeza del móvil. «Acéptala… ¡y a mí también!», responde su madre. «Es ridículo, ninguno de mis amigos tiene a su madre en las redes y menos aún a su abuela, necesito mi privacidad». Este episodio real describe el concepto de intimidad para los adolescentes, un espacio de libertad donde las miradas indiscretas son las de sus padres, pero suman amigos en Facebook sin filtro y valoran su popularidad por el número de seguidores de Instagram, muchos desconocidos.
Pautas infalibles para que tu hijo tenga buenos amigos
Seguro que en más de una ocasión su hijo ha salido del cole con gesto fruncido porque sus amigos no han querido jugar con él: “Marcos se ha ido con David y no ha querido estar conmigo en el recreo”, “ya no soy amiga de Marta porque no ha jugado con...