«Mamá, la abuelita quiere ser mi amiga en Facebook», grita Mauro, un chaval de 15 años, sin levantar la cabeza del móvil. «Acéptala… ¡y a mí también!», responde su madre. «Es ridículo, ninguno de mis amigos tiene a su madre en las redes y menos aún a su abuela, necesito mi privacidad». Este episodio real describe el concepto de intimidad para los adolescentes, un espacio de libertad donde las miradas indiscretas son las de sus padres, pero suman amigos en Facebook sin filtro y valoran su popularidad por el número de seguidores de Instagram, muchos desconocidos.
Las pruebas de los efectos nocivos del abuso de pantallas en los cerebros de los menores
A partir del informe del US Surgeon General, que en 2023 advirtió de que «las redes sociales, aunque pueden tener beneficios en algunos niños y adolescentes, también pueden tener un profundo riesgo de daño en su salud mental y en su bienestar».