«Mamá, la abuelita quiere ser mi amiga en Facebook», grita Mauro, un chaval de 15 años, sin levantar la cabeza del móvil. «Acéptala… ¡y a mí también!», responde su madre. «Es ridículo, ninguno de mis amigos tiene a su madre en las redes y menos aún a su abuela, necesito mi privacidad». Este episodio real describe el concepto de intimidad para los adolescentes, un espacio de libertad donde las miradas indiscretas son las de sus padres, pero suman amigos en Facebook sin filtro y valoran su popularidad por el número de seguidores de Instagram, muchos desconocidos.
«Hay que bajar las pensiones»: cómo España empezó a pensar que la culpa es de «los viejos»
Un reciente estudio publicado en Discourse & Society por dos investigadores de la Universidad de Sevilla muestra cómo a partir de 2021 se dispararon los mensajes edadistas en redes sociales como Twitter a casi el doble que antes de la pandemia. El síntoma de que la...