No creo que la generación de mis padres pasara tanto tiempo arrepintiéndose y pusiera tanta energía en ello; si los padres necesitaban mudarse, entonces el niño se mudaba. No recuerdo que agonizaran pensando a qué escuela asistiría el niño y, desde luego, que molestaran a los hijos en la escuela era un hecho de la vida; ningún padre se sentía directamente responsable por las interacciones sociales de los niños pequeños. Además, los accidentes pasaban, las visitas a la sala de emergencias pasaban, las suturas pasaban, a veces una y otra vez al mismo niño.
Odio correr. Engaño a mi cerebro para que lo haga de todos modos
Si tu único ejercicio es correr y, como yo, lo odias, no seguirás con ello. Camina si te gusta, nada si es lo tuyo. Yo tengo un maniquí de kickboxing, una barra de dominadas y unas cuerdas de batalla que me encanta utilizar. No conviertas cada entrenamiento en un...