No creo que la generación de mis padres pasara tanto tiempo arrepintiéndose y pusiera tanta energía en ello; si los padres necesitaban mudarse, entonces el niño se mudaba. No recuerdo que agonizaran pensando a qué escuela asistiría el niño y, desde luego, que molestaran a los hijos en la escuela era un hecho de la vida; ningún padre se sentía directamente responsable por las interacciones sociales de los niños pequeños. Además, los accidentes pasaban, las visitas a la sala de emergencias pasaban, las suturas pasaban, a veces una y otra vez al mismo niño.
Mala noticia
"A las educadoras y educadores les diría: sacad las pantallas del aula lo antes posible. Nunca ha habido cerebros como éstos. Puede que el mundo de hoy sea maravilloso y fascinante, lleno de logros y diversiones increíbles (eso tú sabrás si te lo crees o no), pero...