No creo que la generación de mis padres pasara tanto tiempo arrepintiéndose y pusiera tanta energía en ello; si los padres necesitaban mudarse, entonces el niño se mudaba. No recuerdo que agonizaran pensando a qué escuela asistiría el niño y, desde luego, que molestaran a los hijos en la escuela era un hecho de la vida; ningún padre se sentía directamente responsable por las interacciones sociales de los niños pequeños. Además, los accidentes pasaban, las visitas a la sala de emergencias pasaban, las suturas pasaban, a veces una y otra vez al mismo niño.
El profesor que casi acaba con su carrera por criticar la educación sueca: «Que España no nos imite»
Entre los años noventa y 2012, las notas de Suecia en PISA se desplomaron hasta convertirse en el país que más empeoró su rendimiento en la prueba internacional. Para Linderoth, no había una única explicación, y entre sus respuestas se encuentran tanto la...