Se las conoce como adicciones conductuales. No hay una sustancia concreta a la que engancharse, como ocurre con las drogas, pero sí se produce en la persona una dependencia similar a las provocada por la ingesta de estupefacientes. La adicción conductual se ha hecho más visible en una sociedad rendida al uso de las nuevas tecnologías, donde la adicción al juego ha encontrado un nuevo filón. El ordenador o los teléfonos inteligentes son la herramienta, como lo es la jeringuilla para el adicto a la heroína o el bar para el alcohólico.
Cinco entidades acusan al Gobierno de bloquear los objetivos de su propio plan contra la obesidad infantil
Representantes de Unicef, Ceapa, la Fundación Gasol y sociedades científicas que han redactado el proyecto envían una carta a ‘The Lancet’ para exigir al Ejecutivo que apruebe ya el decreto sobre publicidad de alimentos insanos. El documento señala que el decreto...