Se las conoce como adicciones conductuales. No hay una sustancia concreta a la que engancharse, como ocurre con las drogas, pero sí se produce en la persona una dependencia similar a las provocada por la ingesta de estupefacientes. La adicción conductual se ha hecho más visible en una sociedad rendida al uso de las nuevas tecnologías, donde la adicción al juego ha encontrado un nuevo filón. El ordenador o los teléfonos inteligentes son la herramienta, como lo es la jeringuilla para el adicto a la heroína o el bar para el alcohólico.
Francia prepara un sistema para impedir el acceso de menores a webs de contenido pornográfico
La idea es utilizar un certificado de mayoría de edad que venga instalado en una aplicación del móvil. Y funcionará como los mensajes de verificación que envían los bancos para las compras online, aunque, según el Gobierno, salvaguardando el anonimato y la ley de...