Hemos traspasado a nuestros hijos las cotas de bienestar más elevadas jamás vistas en el mundo occidental. Pero los adolescentes de hoy, con sus pasaportes atestados de sellos, con sus tres horas de guitarra a la semana y un armario de zapatillas de deporte que usted de crío ni soñó, no parecen mostrar las aptitudes necesarias para coger las riendas de las empresas, mercados y gobiernos del mundo. Ni lo que es más importante: el timón de sus vidas. Ya se habla de una Generación de cristal.
Pautas infalibles para que tu hijo tenga buenos amigos
Seguro que en más de una ocasión su hijo ha salido del cole con gesto fruncido porque sus amigos no han querido jugar con él: “Marcos se ha ido con David y no ha querido estar conmigo en el recreo”, “ya no soy amiga de Marta porque no ha jugado con...