Ser empleado de banco ya no es un privilegio. Hoy se vive a base de horarios extendidos, presión por vender productos, miedo a ser despedido y el cabreo generalizado de los clientes.
Mamá, quiero quedarme ciega
"¿Deberíamos impo"ner multas a quien se equivoque y diga a un ‘transciego’ cosas ofensivas para él, como ‘mira tú por dónde’ o ‘¡hasta la vista!’?".