La clave, estará en medir bien quién necesita de la protección legal y quién no.
¿No escuchan los adolescentes, o no nos sabemos comunicar?
Más allá de que la adolescencia tenga una imagen pública de fase “complicada”, en la que hijos, nietos o sobrinos se transforman de dulces niños a jóvenes huraños, lo cierto es que la falta de comunicación efectiva entre los jóvenes y los adultos es un problema...