«Prefiero un niño llorando que un adulto quejándose», dice la azafata de Southwest Airlines en Facebook.
«Me he dado cuenta de que mi hijo Bosco, con síndrome de Down, es el mejor pegamento para la familia»
Las personas con discapacidad en general, son un ejemplo de fortaleza. Con mirarles te das cuenta de que va la vida. A lo que a mi me respecta, el síndrome de Down me ha ayudado a bajar a la tierra, poner los pies en ella, y aprender a vivir con sus zapatos.