Este resumen de la ponencia se basa en apuntes tomados durante la misma y tiene una finalidad meramente informativa, que de ningún modo pretende ser exhaustiva ni agotar su contenido.
La familia está considerada como un elemento fundamental de la sociedad y como el núcleo básico de socialización de los niños, donde se transmiten los valores de la sociedad en la que está inmersa y, por lo tanto, los relacionados con la salud y la enfermedad, lo que la convierte en un ámbito estratégico para la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, en un verdadero agente de salud.
La familia española se encuentra en un momento de profundas y aceleradas transformaciones que pueden apreciarse en la diversificación de los llamados «modelos familiares». En las últimas décadas se han reducido drásticamente los hogares en los que convivían diversos grupos familiares (abuelos y padres) con hijos, es decir, la familia extensa y la familia nuclear constituida por una pareja conyugal y sus hijos, mientras que han aumentado las uniones no matrimoniales, las parejas sin descendencia y las familias monoparentales.
La familia como grupo social debe cumplir tres funciones básicas que son: la función económica, la función biológica, y la función educativa (cultural y espiritual). Estos son precisamente indicadores que se utilizan para valorar el funcionamiento familiar, o sea, que la familia sea capaz de satisfacer las necesidades básicas materiales y espirituales de sus miembros, actuando como sistema de apoyo.
La asistencia sanitaria a la infancia ha mejorado en España, hablando en general. El sistema nacional de salud es un sistema universal, con fácil accesibilidad, no discriminatorio y que se basa, en cuanto a la atención primaria de salud, en el desarrollo de programas preventivos dentro del marco del programa de atención al niño.
Los niños de padres separados presentan con mayor frecuencia problemas emocionales y de conducta que aquellos que viven con ambos padres biológicos. La separación y el divorcio es una de las circunstancias que más afectan a la vida de los niños, lo que no implica que obligatoriamente los hijos padezcan trastornos, pero sí que es una de las circunstancias que está actuando como factor desencadenante de psicopatología en los hijos.
Objetivos estratégicos que se proponen:
1. Avanzar en políticas de apoyo a la familia en el ejercicio de sus responsabilidades de crianza, cuidado y promoción del desarrollo personal y potenciales capacidades de los niños y niñas, y facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral.
2. Impulsar los derechos y protección de la infancia en los medios de comunicación y las nuevas tecnologías.
3. Potenciar la atención e intervención social a la infancia en situación de riesgo, desprotección o discapacidad o exclusión social, estableciendo criterios compartidos de calidad y mejores prácticas que, además, sean susceptibles de evaluación.
4. Favorecer un entorno físico, medioambiental, social, cultural y político que permita el desarrollo adecuado de las capacidades de los niños, favoreciendo el derecho al juego, ocio y tiempo libre, creando espacios apropiados, cercanos y seguros, promoviendo un consumo responsable.