JFS023Sergio Martín-Salas Echarte. Medico de familia.

Este resumen de la ponencia se basa en apuntes tomados durante la misma y tiene una finalidad meramente informativa, que de ningún modo pretende ser exhaustiva ni agotar su contenido.

Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo referidos a Diciembre de 2007, el 16, 7% de la población española tiene 65 años o más. Las proyecciones de Naciones Unidas calculan que España será el tercer país más envejecido del mundo en 2050, con un 34,1% de mayores.

Los ancianos consumen gran parte de los recursos sanitarios, incluidos los medicamentos. Según el último informe del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de 2007, el 72, 7% del gasto en medicamentos del SNS recayó en la población pensionista. La aparición de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento provoca la prescripción de terapias de larga duración y, por lo tanto, un aumento del número de fármacos consumidos. La media de medicamentos por paciente geriátrico es de 4 en no institucionalizados y de 5 en institucionalizados.

La polimedicación, junto con el deterioro físico y psíquico de los ancianos, hace que se incremente el riesgo de interacciones, efectos adversos y otros problemas derivados del tratamiento farmacológico. Teniendo en cuenta las previsiones de crecimiento de esta población y que es más susceptible a padecer resultados negativos asociados a la medicación, se hace especialmente importante adecuar su farmacoterapia. Con ello se busca el máximo beneficio y seguridad de los tratamientos optimizando la utilización de los recursos.

La mejora de la atención sanitaria a las personas mayores es una de las prioridades asistenciales de la Sanidad pública; un objetivo en el que cobra gran importancia la calidad de la prestación farmacéutica, puesto que estas personas suelen estar afectadas por enfermedades de carácter crónico, en las que la medicación cobra gran relevancia.

Una de las líneas de trabajo contenidas en esa actuación se dirige, en particular, a la realización de un programa específico orientado a mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes mayores polimedicados, fomentando el uso correcto de los medicamentos, incrementando así la efectividad y seguridad de los tratamientos.

Características del uso de medicamentos en ancianos:

1. Mayor consumo de fármacos.

2. Mayor incumplimiento.

3. Falta de información específica.

4. Variabilidad interindividual.

5. Diferentes respuestas.