Estos niños, además, pueden escuchar que hay más jaleo en las calles, los villancicos; tocar los adornos, oler los puestos de castañas… Las familias deben hacer lo posible por que sus hijos invidentes participen de todas las actividades que conlleva la Navidad. Hay que acercarles a todo aquello que no pueden ver, pero sí sentir. La forma de hacerlo es llevándoles in situ a los sitios donde se lleva a todos los niños en estas fechas y contarles y describirles el entorno y, si es posible, que palpen aquello que sea referente de la Navidad.
La crisis golpea de nuevo a los jóvenes
Se acaban de publicar los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2012, tenemos 5,97 millones de desempleados. Hemos rozado los seis millones y la situación es gravísima. Desde el punto de vista económico tiene más sentido analizar la evolución del empleo, pues el...